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Esclerosis múltiple: causas, diagnóstico y tratamiento

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La esclerosis múltiple (usualmente conocida por sus siglas EM) es una enfermedad crónica común, incapacitante del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) que afecta a un número significativo de personas en el mundo.

La esclerosis múltiple es el resultado del daño de la vaina de mielina. La vaina de mielina es un recubrimiento de protección que cubre las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal. Cuando trabaja adecuadamente, los impulsos eléctricos son conducidos rápidamente, lo que permite movimientos ágiles y coordinados. Sin embargo, una vez que que la mielina se daña, la transmisión eléctrica es más lenta, distorsionada e incluso inexistente conforme aparecen áreas de cicatriz en en las áreas afectadas del cerebro y la médula espinal.

El nombre esclerosis múltiple proviene del hecho de que el problema puede afectar múltiples áreas del cerebro y la médula en diferentes momentos, produciendo daño y cicatrices. Hay cuatro tipos diferentes de EM, tal como se describe a continuación:

Esclerosis Múltiple Benigna – comienza con uno pocos ataques leves a los cuales sigue la recuperación completa. Por lo general, no hay daño ni discapacidad permanentes derivados de este tipo de EM, la cual sólo puede ser diagnosticada si después de 10 a 15 años del último brote no hay ningún tipo de discapacidad.

Esclerosis Múltiple Remitente/Recurrente – este es el tipo de EM con el que debutan la mayoría de los pacientes y se caracteriza por ataques alternados con períodos de remisión. Se entiende por remisión el tiempo durante el cual hay pocos o ningún síntoma, teniendo una duración que va desde pocos meses hasta varios años. La recaída (ataque) es impredecible y los síntomas pueden durar tan poco como unas horas o extenderse por varios meses; así mismo es posible que en cada ataque aparezcan nuevos síntomas.

Esclerosis Múltiple secundaria progresiva – este tipo de EM comienza igual que la remitente/recurrente, pero después de unos pocos ataques ya no hay remisión. Esta clase de esclerosis múltiple se desarrolla por lo general unos 15 a 20 años después del diagnóstico inicial de EM.

Esclerosis Múltiple primaria progresiva – representa aproximadamente el 15% de los casos y su característica principal es que nunca hay períodos de remisión por lo que los pacientes se deterioran de manera progresiva y constante, apareciendo muy pronto en su evolución la discapacidad permanente.

La recaída es cuando los síntomas empeoran súbitamente, esta puede durar sólo unos pocos días o extenderse por varios meses, siendo posible que en cada recaída aparezcan nuevos síntomas.

¿Cuál es la causa de la esclerosis múltiple?

Aún se desconoce la causa exacta de la EM. Sin embargo, las investigaciones a nivel mundial han identificado varios factores que se cree pueden estar involucrados en el desarrollo de la enfermedad. De todos, uno de los principales es el daño que sufre la mielina debido a una respuesta anormal del sistema inmune del organismo, razón por la cual la EM suele clasificarse como una enfermedad autoinmune.

En condiciones normales, el sistema inmune defiende el cuerpo de organismos externos que lo invaden, pero en los casos de las enfermedades autoinmunes el sistema inmunológico comienza a atacar a las células y tejidos del propio organismo. En el caso de la EM ataca a la mielina.

No se ha podido identificar qué desencadena los ataques, pero se cree que algún virus pueda estar involucrado en ello. Además, quizás sea posible que no se trate de un sólo virus sino de varios virus tales como los de la mononucleosis infecciosa, sarampión o herpes los cuales permanecen latentes en el cuerpo hasta que desencadenan la enfermedad.

Por otra parte, parece existir una predisposición familiar a sufrir EM, aunque no se ha demostrado que exista un patrón hereditario.

¿Tengo riesgo de sufrir de esclerosis múltiple?

Las estadísticas indican que las mujeres tienen más riesgo que los hombres de desarrollar esclerosis múltiple y que la mayoría de los casos son en personas jóvenes, en especial entre los 20 y los 30 años. La EM no es una enfermedad contagiosa, por lo que los familiares y amigos de quien la padece no pueden contagiarse. Es posible que los niños desarrollen EM aunque es extremadamente raro.

Síntomas de la esclerosis múltiple

Los síntomas de la esclerosis múltiple varían de persona a persona, mientras que la severidad de los síntomas depende de las áreas del sistema nervioso central afectadas. No hay un patrón típico de desarrollo de la EM, así que mientras algunos pacientes experimentan síntomas muy leves, otros pueden tener una progresión rápida y severa de la enfermedad. Entre los síntomas asociados a la EM se encuentran:

  • Entumecimiento y dolor punzante en las extremidades
  • Dificultad para la marcha, pérdida de equilibrio
  • Pérdida de la destreza motora fina (torpeza)
  • Problemas visuales y/o dolor retro ocular
  • Necesidad de orinar con más frecuencia / Urgencia miccional
  • Impotencia
  • Pérdida de la concentración
  • Pérdida de la memoria
  • Alteración de la modulación al hablar
  • Fatiga
  • Cambios en el estado de ánimo/depresión

¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?

El diagnóstico de EM puede ser frustrante ya que no existe una prueba 100% concluyente. Por el contrario, hay varios estudios y procedimientos que es necesario realizar para establecer el diagnóstico, entre los que se incluyen:

  • Historia Médica – el médico solicitará un informe detallado de los síntomas que ha sufrido cada paciente y los comparará con el estado actual de salud.
  • Punción lumbar – con esta prueba se busca detectar la presencia de anticuerpos en el líquido cefalorraquídeo (el cual cubre tanto al cerebro como a la médula espinal). El procedimiento implica insertar una aguja a través de la piel hasta el espacio donde se encuentra la médula espinal para extraer una pequeña cantidad de líquido. Durante la punción, se coloca anestesia local en la piel de la espalda para minimizar las molestias, aunque a pesar de esto la punción puede ser algo incómoda (a pesar de no haber dolor). Esta prueba no es totalmente concluyente por lo que será necesario complementarla con otros estudios.
  • Potenciales evocados – esta prueba implica colocar pequeños electrodos en el cuello y la cabeza que ayudarán a detectar como está funcionando el sistema nervioso central y si hay algún tipo de reducción en la velocidad en que se transmiten los impulsos nerviosos entre las distintas áreas del cerebro.
  • Resonancia Magnética Nuclear – con esta técnica se obtiene una imagen muy detallada del cerebro y la médula espinal siendo posible identificar cualquier área afectada.
  • Examen neurológico – el neurólogo examinará al paciente en busca de anomalías en las vías de conducción nerviosa. Los síntomas neurológicos más comunes incluyen cambios en los movimientos oculares, alteración de la coordinación de los movimientos de las extremidades, pérdida de equilibrio, alteraciones del habla, debilidad y modificación de los reflejos. Los problemas en estas áreas pueden ser causados por muchas otras enfermedades por lo que, una vez más, una sóla prueba no puede dar el diagnóstico de EM por sí sóla, de manera que debe complementarse con el resto.

Como se puede ver, no siempre es fácil establecer el diagnóstico de EM, por lo que una buena relación médico-paciente es esencial de manera que se pueda realizar una evaluación detallada de la salud general a lo largo del tiempo.

¿Hay cura para la esclerosis múltiple?

Hasta el momento no existe una cura para esta enfermedad, aunque hay muchos tratamiento que pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas. En este sentido el médico discutirá con cada paciente las mejores opciones para su caso.

Tratamientos para la esclerosis múltiple

Dependiendo de la severidad  de los síntomas, los tratamientos disponibles pueden incluir:

  • Esteroides – son de mucha ayuda durante las recaídas.
  • Inyecciones de Beta Interferón – los interferones son sustancias químicas que se encuentran de manera natural en el cuerpo de todas las personas y juegan un papel muy importante en el sistema inmune. El interferón beta ayuda a reducir las recaídas, aumenta el tiempo de remisión y disminuye la progresión de las discapacidades asociadas a la EM. Este tratamiento sólo está disponible para los pacientes con EM que cumplen con ciertos criterios de prescripción.
  • Medicamentos anti-espasmódicos – para ayudar a controlar los espasmos musculares secundarios al daño de los nervios.
  • Fisioterapia – para ayudar con el equilibrio y la marcha.

¿Cómo puede evolucionar la enfermedad?

Es muy difícil predecir con precisión cómo evolucionará la EM en cada paciente, aunque la mayoría de los enfermos tendrán síntomas de manera intermitente. Sin embargo, la forma en la que evoluciona la enfermedad durante los primeros 5 años después del diagnóstico puede dar una idea de como continuará a lo largo del tiempo.

Por lo general, la mayoría de los paciente con EM experimentan un progreso de la enfermedad que conduce a la discapacidad y la falta de coordinación. No obstante, hay que recalcar que la mayoría de los pacientes pueden llevar una vida relativamente normal y podrán lidiar con sus discapacidades (como por ejemplo la cojera o la fatiga)

¿Qué puedo hacer para mejorar?

Aprender tanto como se pueda sobre EM es vital ya que se reduce la preocupación por algunos de los síntomas. Siempre se debe procurar tener espacios de descanso y relajación, ya que el cansancio puede causar problemas. Por otra parte se debe procurar tener una dieta sana y balanceada para mantener un buen estado general de salud.

Finalmente algo de ejercicio, en especial aeróbico es muy recomendable siempre que se realice con prudencia y la persona no se agote.

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