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Impotencia: por qué sucede la disfunción eréctil

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La impotencia o disfunción sexual eréctil (DSE), como prefieren llamarla los médicos, es cuando un hombre no es capaz de alcanzar o mantener una erección para lograr el coito o cualquier otro tipo de actividad sexual. Es uno de los problemas sexuales más comunes entre los hombres ya que la mayoría experimentará al menos un episodio de DSE durante su vida, aunque muy pocos hablen al respecto.

Los problemas de impotencia pueden ocurrir cada vez que se intente tener relaciones sexuales o de manera esporádica. Por ejemplo, es posible que en una ocasión se logre alcanzar la erección y en otras no, también es posible que se logre alcanzarla pero no sea lo suficientemente firme o duradera como para completar la relación sexual.

La impotencia no debería ser un problema serio, sin embargo, muchos hombres se preocupan mucho al respecto, tanto que debido a la incapacidad de alcanzar una erección previamente no logran relajarse y disfrutar la estimulación sexual.

Por lo común, los hombres que sufren de impotencia pueden estar bajo una fuerte tensión que perjudica sus relaciones personales. Además, a la mayoría de los hombres no les gusta admitir que tienen este problema ni discutir al respecto por lo que no suelen buscar ayuda, lo que hace que el problema se agrave. La disfunción puede ocurrir en cualquier momento de la vida, aunque es más común conforme se avanza en edad.

¿Cómo ocurre una erección?

El pene consta de tres bloques de tejido eréctil, los cuales no son más que cavidades esponjosas. Dos de estos bloques están en la región dorsal del pene y el tercero rodea la uretra (el tubo a través del cual se expulsa la orina). La erección ocurre cuando la sangre fluye hacia estos espacios haciendo que el pene se torne duro y firme. La sangre extra dentro del pene permite que el hombre mantenga su erección hasta que alcanza el clímax sexual (logra el orgasmo), luego de lo cual la sangre sale del pene que se torna blando de nuevo.

Las erecciones pueden ser inducidas por olores, sonidos, toques, miradas o incluso la imaginación (cuando se tienen pensamientos y fantasías sexuales).

¿Qué causa la impotencia?

Generalmente la impotencia tiene más de una causa. Las causas de impotencia se pueden dividir en dos categorías: psicológicas y físicas, aunque suelen presentarse de manera combinada.
Las causas psicológicas pueden ser temporales o permanentes, siendo estas las más frecuentes en hombres por debajo de los 35 años. Los factores psicológicos que causan impotencia con más frecuencia son:

  • Estrés.
  • Depresión.
  • Culpa.
  • Sentimientos encontrados respecto a la propia sexualidad.
  • Problemas en la relación.
  • Aburrimiento sexual.
  • Duelo – la pérdida del ser amado es una causa común de impotencia.
  • Agotamiento mental y fatiga.

La impotencia en hombres mayores de 35 años suele ser debido a problemas físicos, entre estos los que se asocian con más frecuencia a la impotencia son:

  • Hipertensión Arterial.
  • Enfermedades específicas tales como la  diabetes o la esclerosis múltiple.
  • Heridas o cirugía mayor en la región pélvica.
  • Niveles elevados de colesterol.
  • Edad – conforme el hombre envejece pueden ocurrir cambios en la circulación. En ocasiones pueden disminuir los niveles de testosterona.
  • Arteriosclerosis – una condición en la cual las arterias que aportan riego sanguíneo al pene se endurecen y bloquean haciendo que el flujo sanguíneo hacia la zona disminuya.
  • Tabaquismo.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Abuso de drogas.
  • Efectos secundarios de tratamientos médicos tal como sucede con algunos medicamentos para tratar la hipertensión arterial.

¿Qué debo hacer si creo que mi pareja sufre de impotencia?

Si tu pareja evita cualquier tipo de contacto sexual o da excusas constantemente para no tener relaciones o nunca está disponible para la intimidad, quizás esté intentando esconder un problema de impotencia. En este sentido algunas conductas típicas son:

  • Acostarse muy tarde, cuando está seguro que su pareja ya duerme.
  • Trabajar muchas horas extra.
  • Quejarse de dolor de cabeza o agotamiento al momento de ir a la cama.
  • Acostarse muy temprano y quedarse dormido antes que tu puedas llegar a acompañarle.
  • Salir más durante los fines de semana para evitar mantener contacto sexual de día.
  • Invitar gente constantemente a casa a fin de reducir la cantidad de tiempo que pasan sólos.

Si tu pareja está tratando de esconder el problema, esto puede hacer que las cosas empeoren ya que mientras más tiempo pase más presionado se sentirá. Trata de hablar sobre prácticas sexuales con tu pareja, ya que muchos hombres creen que sólo pueden satisfacer a una mujer mediante la penetración.

Asegura a tu pareja que hay otras prácticas sexuales que también puedes disfrutar. Con esto el hombre se sentirá menos presionado y se aliviarán los sentimientos de culpa al punto que podría mejorar la capacidad para alcanzar una erección.

¿Hay algo que pueda hacer para prevenir estos problemas?

Para prevenir problemas con las erecciones debes tener una dietas sana y balanceada, hacer ejercicio regularmente, evitar fumar y moderar el consumo de alcohol. Además, deberías reducir el estrés, dormir lo suficiente y resolver cualquier problema en tu relación que pueda estar generando tensión emocional.

¿Cuándo debo consultar con el médico?

Si no logras alcanzar una erección, entonces deberías comenzar con hacer algunos cambios en tu estilo de vida, por ejemplo limitar el alcohol, dejar de fumar, hacer ejercicio de manera regular y tratar de reducir el estrés y las preocupaciones. Si tales cambios no surten ningún efecto entonces es momento de visitar al médico.

¿Qué hará el médico durante la consulta?

Normalmente el médico comenzará haciendo muchas preguntas, algunas de las cuales quizás encuentres un poco bochornoso responder. Sin embargo, deberás hacerlo.

Algunas de las preguntas que puedes esperar te hagan en la consulta son.

  • ¿Qué tipo de problema de erección estás teniendo?
  • ¿Tienes erecciones durante la noche o a primera hora de la mañana?
  • ¿Crees que tienes un deseo sexual normal?
  • ¿Estás bajo mucho estrés o te sientes deprimido?
  • ¿Tienes pareja en este momento? De ser así, ¿Cómo se sienten ambos respecto a esta situación?
  • ¿Por qué crees que estés teniendo problemas con las erecciones?

Además, puede que te pregunten sobre tu estilo de vida, si fumas o abusas del alcohol. así como de tus parejas sexuales previas. Estas preguntas ayudan al médico a entender si se trata de un problema físico o psicológico y le ayudan a decidir qué tipo de pruebas y exámenes debe llevar a cabo.

Si te levantas en la mañana con una erección o hay alguna otra circunstancia en la que esta se presente, lo más seguro es que se trate de un problema psicológico.

El médico realizará un examen físico completo para determinar como está la tensión arterial entre otras cosas. Además, realizará un examen detallado del pene y los testículos.

Adicionalmente, puede que sea necesario tomar una muestra de orina y de sangre para determinar los niveles de glucosa (en caso que seas diabético) y  testosterona. Además de todo esto el médico también revisará detalladamente el historial médico para determinar si estás usando algún tipo de tratamiento que pueda causar impotencia.

¿Cuáles son las pruebas disponibles?

Si con lo anterior el médico no puede determinar la causa del problema o si hay indicios de que se trata de un problema subyacente, puedes ser referido a un centro especializado para más exámenes. Estos son muchos y muy variados, desde pruebas para medir la presión dentro del pene hasta la monitorización del flujo de sangre hacia el miembro viril, pasando por radiografías del pene y las arterias que le proveen flujo sanguíneo.

¿Hay algún límite de edad para el tratamiento?

No, los hombres ahora viven más, tienen un estilo de vida más saludable y no se resignan fácilmente a la pérdida de la actividad sexual.

¿Qué tratamientos existen para la impotencia?

Si la causa de impotencia es psicológica, puede que necesites tan sólo unos pocos consejos sobre cambios en tu estilo de vida tales como dejar de fumar, abandonar el consumo de drogas, limitar el uso de alcohol y aprender estrategias para relajarte y aliviar el estrés.

Si se trata de un problema de culpa, depresión o algo más complejo, quizás sea necesario que visites a un psciólogo o terapista sexual para tratamiento especializado.

La impotencia también se puede tratar con terapia hormonal, medicamentos, dispositivos mecánicos y cirugía. El tratamiento de cada paciente dependen en gran medida de la causa del problema.

Terapia Hormonal
Si tus problemas de impotencia se deben a bajos niveles de testosterona, es posible que recibas tratamiento hormonal mediante inyecciones o parches.

Medicamentos
Los medicamentos están disponibles en la forma de inyecciones, supositorios uretrales o comprimidos administrados por vía oral. Los tratamientos inyectados son quizás la forma más efectiva de producir una erección, se trata de un medicamento que se inyecta directamente en la base del pene la cual debe colocarse unos 10 minutos antes de la relación sexual.

Cuando se usa este tipo de tratamiento, la erección dura de una a dos horas. Con las inyecciones hay riesgo de eventos adversos tales como erecciones prolongadas (más de cuatro horas), las cuales son raras pero cuando se presentan requieren hospitalización y tratamiento de emergencia. A fin de evitar inconvenientes, los pacientes son entrenados sobre la manera correcta de colocar la inyección, aunque la mayoría de los hombres prefieren evitar es tipo de terapia ya que no les agrada la idea de colocar una inyección cerca del pene cada vez que desean tener relaciones sexuales.

Los supositorios uretrales son pequeños supositorios diseñados para ser insertados unos centímetros dentro de la uretra mediante un aplicador especial desechable. El medicamento se absorbe a través de la pared de la uretra directo hacia el tejido eréctil lo cual genera una erección entre 5 y 10 minutos después.

De los tratamientos por vía oral el más conocido es la Viagra™, la cual actúa relajando los vasos sanguíneos del pene a fin de aumentar los vasos sanguíneos hacia esta área. Sin embargo, este medicamento no causará una erección al menos que exista un estímulo sexual. Es muy recomendable que hables con tu médico antes de comenzar a usarla, ya que no se trata de un tratamiento adecuado para todo el mundo, además de tener algunos efectos adversos nada agradables.

Dispositivos Mecánicos

Hay muchos dispositivos mecánicos diferentes disponibles, los cuales se pueden colocar en el pene antes de la relación sexual para favorecer la erección. Estos dispositivos suelen ser bombas de vacío que trabajan al insertar el miembro viril en una cámara especial cilíndrica donde entra muy ajustado para luego usar una bomba manual que retira todo el aire del cilindro creando así un vacío.

El efecto de succión resultante promueve el ingreso de sangre hacia el pene generándose así una erección. Una vez que el pene está erecto se coloca un anillo ajustado de goma en su base para mantener la sangre allí y mantener de esta forma la erección. Desafortunadamente, el pene suele tomar una coloración azul y sentirse frío al tacto.

Cirugía

Si todos los otros métodos fallan, se puede optar por una cirugía conocida como prótesis de pene. Las prótesis de pene implican la colocación de un dispositivo mecánico dentro del pene (lo cual se realiza bajo anestesia general). Hay dos tipos de prótesis disponibles: las barras semirígidas o un implante que se puede inflar a voluntad. Las barras semirígidas producen una erección permanente un poco menos firme que lo habitual, lo que permite doblar el pene hacia abajo cuando no se tienen relaciones sexuales.

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