La Diabetes Mellitus, como se denomina técnicamente, es un problema de salud muy frecuente en el cual aumentan el nivel de glucosa en la sangre más allá de lo normal. La glucosa es un tipo de azúcar que forma parte de los carbohidratos de la dieta, además de ser producida por el hígado dado que se trata de la principal fuente de energía para el organismo.

La mayoría de los alimentos que consumimos contienen glucosa, por lo que sus niveles deben ser regulados y de ello se encarga una hormona conocida como insulina. La insulina estimula a las células del organismo a absorber la glucosa de la sangre para obtener la energía que necesitan. Además, la insulina estimula también al hígado para absorber y almacenar el exceso de glucosa.

En los casos de diabetes la persona puede que no produzca insulina o si la produce esta es insuficiente o no funciona adecuadamente lo que hace que los niveles de glucosa en la sangre aumenten dado que la misma no entra a las células. La insulina es producida por una glándula conocida como páncreas la cual se encuentra justo detrás del estómago. La insulina hace que la glucosa pase de la sangre hacia millones de células donde será convertida en energía.

Existen dos tipos de diabetes mellitus

Diabetes tipo 1, también conocida como diabetes insulino dependiente, la cual aparece cuando las células que producen la insulina en el páncreas son destruidas y la persona deja por tanto de producir la hormona. Esto se debe a una combinación de factores tanto hereditarios como ambientales aunque en algunos casos puede ser consecuencia del daño del páncreas por un virus. Por lo general este tipo de diabetes afecta a niños y adultos muy jóvenes de ambos sexos.

La Diabetes tipo 2 también conocida como diabetes no-insulino dependiente es el tipo más común de la enfermedad y por lo general aparece en personas mayores de 40 años. Sin embargo, conforme la cantidad de personas obesas aumentan, cada vez se detectan más casos de Diabetes Tipo 2 en personas jóvenes.

Este tipo de diabetes es consecuencia de la incapacidad del páncreas para producir suficiente insulina como para permitir un control adecuado de la glucosa en la sangre o cuando la insulina que se produce no puede ser utilizada por alguna razón.

¿Qué tan probable es que desarrolle diabetes?

Se estima que un tercio de la población mundial podría llegar a tener diabetes mellitus y que por cada caso diagnosticado hay al menos tres que no han sido detectados. De todos los casos, la gran mayoría (aproximadamente 75%) desarrollará Diabetes Tipo 2, la cual por lo general se trata con dieta y medicamentos por vía oral. En los casos de Diabetes Tipo 1 será necesario colocar inyecciones de insulina de por vida.

¿Cuál es la causa de esta enfermedad?

La causa de la diabetes es un misterio, aunque se cree que los siguientes factores pueden jugar un papel importante en la génesis de la enfermedad.

  • Los antecedentes familiares de diabetes aumentan el riesgo de sufrir la enfermedad siendo esto más común en la diabetes tipo 2
  • Origen étnico afro-caribeño o asiático
  • Enfermedades pancreáticas. El páncreas produce insulina por tanto cualquier enfermedad que afecte el páncreas puede reducir la producción de insulina
  • Las personas con sobrepeso o cuya circunferencia abdominal es muy grande tienen más riesgo de padecer diabetes tipo 2
  • Las mujeres que presentan diabetes gestacional tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en sus vidas

Además de lo anterior existen algunos mitos en relación con la diabetes tipo 2 tales como la creencia de que comer demasiados dulces produce diabetes lo cual es ¡Falso! Sin embargo una dieta rica en azúcares refinados induce sobrepeso lo cual es un factor de riesgo para diabetes tipo 2. La diabetes no es un enfermedad contagiosa de manera que no puede transmitirse de persona a persona.

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes?

Los síntomas de la diabetes mellitus son muy similares en ambos tipos siendo la principal diferencia que la diabetes tipo 1 puede instalarse en cuestión de semanas, mientras que la tipo 2 lo hace mucho más lentamente, aumentando la intensidad de los síntomas conforme aumenta la edad. Entre los síntomas más comúnmente asociados a la diabetes están:

  • Sed constante y sensación de boca seca
  • Necesidad de orinar con mucha frecuencia (especialmente de noche)
  • Pérdida de peso
  • Prurito genital
  • Cansancio y fatiga extrema, debilidad
  • Tendencia a sufrir infecciones menores
  • Visión borrosa
  • Las heridas y hematomas tardan más tiempo de lo normal en sanar
  • Hormigueo o entumecimiento de las manos o los pies

¿Qué podría pasar si no se trata la diabetes?

La diabetes puede instaurarse de manera súbita o progresiva. En cualquier caso, si no de detecta a tiempo, el paciente puede presentar complicaciones muy serias como ceguera, insuficiencia renal, impotencia y daños de los nervios que podría terminar en una amputación.

Los estudios demuestran que el diagnóstico tardío de la diabetes mellitus está asociado a un aumento del riesgo de infartos y accidentes cerebrovaculares. Por lo tanto, el diagnóstico precoz es la clave de manera que si aparecen los síntomas previamente mencionados lo mejor es consultar con el médico.

¿Cómo se diagnostica?

En el siguiente vídeo se explica con detalle el proceso de diagnóstico de diabetes mellitus.

Por lo general, la diabetes mellitus se diagnostica durante un examen médico rutinario o una prueba de sangre de pesquisa la cual revela que los niveles de glucosa en la sangre son anormales. En los casos donde se sospecha que existe diabetes, será necesario también una muestra de orina para determinar si la misma contiene glucosa.

Usualmente no debe haber azúcar en la orina, de manera que cuando los niveles de glucosa en orina están elevados se debe a que los niveles en sangre también lo están, lo cual fuerza las moléculas de azúcar hacia la orina a través de los riñones. Esto produce uno de los principales síntomas de la diabetes como el aumento de la frecuencia miccional, además del prurito genital.

Si hay azúcar en la orina, se puede inferir que el paciente es diabético. En este sitio web contamos con una prueba de orina para determinar la presencia de azúcar (glucosa) en la orina.

Si en el estudio de pesquisa inicial se determina que hay glucosa en la orina, será necesario medir con precisión los niveles de azúcar en la sangre. Para ello, en este sitio web contamos con un sistema de medición de glucosa el cual da una idea muy exacta de los niveles de glucosa en la sangre al momento de realizar la prueba.

Si los niveles de glucosa en la sangre están en el límite superior de lo normal, es posible que sea necesario realizar pruebas más específicas como la curva de tolerancia a la glucosa o la hemoglobina glicosilada (HbA1c) a fin de descartar/confirmar el diagnóstico de diabetes.

¿Cuáles son los tratamientos disponibles para la diabetes?

El tratamiento principal es mantener los niveles de glucemia estables. De hecho, cuanto antes se logre este objetivo, mejor será el pronóstico a largo plazo. Para cumplir esta meta, los pacientes con diabetes tipo 1 necesitarán de inyecciones de insulina desde el momento del diagnóstico y de por vida. Además, será necesario llevar una dieta saludable y limitar el consumo de alimentos azucarados. La insulina sólo se puede administrar mediante inyecciones ya que de ser usada por vía oral los jugos gástricos la destruirían.

Por su parte, la diabetes tipo 2 por lo general puede ser controlada mediante una combinación de dieta y medicamentos por vía oral. Sin embargo, si esto no es suficiente para controlar los niveles de glucosa en la sangre se puede complementar el tratamiento con inyecciones de insulina. En cada caso el médico debe indicar cual es el tratamiento idóneo para cada paciente.

Sin importar cual sea el tratamiento indicado, el paciente diabético siempre debe asegurarse de cumplir con las indicaciones médicas y no saltarse ninguna comida.

Diabetes gestacional y diabetes durante el embarazo

La diabetes gestacional aparece o se descubre durante la gestación y, por lo general, desaparece después del parto. Este tipo de diabetes se desarrolla debido a que durante el embarazo el cuerpo necesita tres veces más insulina que en condiciones normales, por tanto, el riesgo de diabetes gestacional aumenta en las mujeres con sobre peso, en aquellas que previamente tuvieron bebés muy grandes (de más de 4 Kg) o que tienen un hermano o familiar consanguíneo en primer grado con diabetes. Además, si se padeció diabetes gestacional en un embarazo previo es muy probable que esta repita en la gestación actual.

Toda mujer embarazada debe someterse a estudios de pesquisa de diabetes gestacional entre las semanas 24 y 28 de gestación, ya que esta condición afecta a la madre en las últimas etapas del embarazo cuando el cuerpo del bebé ya está formado pero aún le queda mucho por crecer.

Embarazo y riesgo de la diabetes mellitus 

Si una mujer es diabética y está pensando tener un bebé deberá primero consultar con un especialista en diabetes para asegurarse de que la enfermedad está bien controlada.

Entre los riesgos que la diabetes implica para la madre y el bebé están:

  • Bebés muy grandes o muy pequeños
  • Aumento del riesgo de preeclampsia.
  • Incremento del riesgo de parto prematuro
  • Aumento de las posibilidades de que el bebé sufra de distrés respiratorio al nacer

Las mujeres embarazadas que sufren de diabetes gestacional o diabetes tipo 1 o 2 siempre deben ser controladas muy bien durante toda a gestación realizando controles periódicos de los niveles de glucosa en sangre.

Viviendo con diabetes mellitus

Independientemente del tipo de diabetes que sea diagnosticado,, es muy importante que se acepte el hecho de que está allí y que se debe lidiar con la enfermedad día a día. En este sentido, mientras más se entienda la enfermedad y como afecta al organismo más fácil será controlarla.

El objetivo principal del tratamiento es mantener los niveles de azúcar dentro de lo normal evitando tanto la hiperglucemia (azúcar elevado) como la hipoglucemia (niveles de azúcar en sangre muy bajos).

La mayoría de los pacientes diabéticos son capaces de monitorizar sus niveles de azúcar en casa con alguno de los sistemas disponibles para tal fin.

En promedio se deberían medir los niveles de glucosa 3 a 4 veces al día. De hecho, lo ideal es medir los niveles de azúcar antes de las comidas y 2 horas después para tener una idea clara de como están fluctuando los niveles de azúcar. En los casos de enfermedades concurrentes, estrés, cambios en la dieta o en la intensidad del ejercicio, será necesario medir la glucosa con más frecuente, además si el paciente diabético se siente mal y no sabe exactamente la causa, lo primero que debe hacer es medir su nivel de glucemia.

El médico puede orientar al paciente sobre el mejor patrón de monitorización de la glucemia para su caso. Además, es importante acudir a las consultar periódicas con el especialista donde aparte de la glucosa, se realizará una evaluación de los niveles de hemoglobina glicosilada para determinar qué tan bien ha sido controlada la diabetes durante los últimos tres meses.

Por otra parte, el médico realizará una evaluación de los niveles de colesterol, la función renal, la presión arterial y el peso además de referir al paciente para evaluaciones periódicas de los ojos y los pies.

Dado que la diabetes puede causar alteraciones de la circulación y/o entumecimiento de los pies, es muy importante un cuidado adecuado de estos siendo fundamental un calzado cómodo. En caso de que se presentase algún tipo de úlcera, callo o endurecimiento de la piel (hiperqueratosis), nunca se debe intentar resolverlo por sí mismo y, por el contrario, se debe solicitar apoyo del podólogo.

Otra parte esencial del control del diabético es el control de la albumina, una proteína presente en la sangre la cual sólo pasa a la orina en pequeñas cantidades, pero que cuando los riñones no funcionan adecuadamente, comienza a aumentar.

En este sitio web vendemos pruebas de orina que permiten detectar la presencia de proteínas en la orina aún cuando no especifican cual tipo de proteína, por tanto en caso de tener una prueba positiva se debe consultar con el médico para realizar pruebas más específicas.

¿Qué es la hipoglucemia?

Cuando se usan tanto insulina como medicamentos hipoglicemiantes orales para el control de la diabetes, es posible que de tanto en tanto se presente hipoglucemia, siendo esta más común en los pacientes con diabetes tipo 1.

La hipoglucemia es cuando el nivel de azúcar en sangre se encuentra por debajo de la normal a consecuencia de usar demasiada insulina, comer muy poco o de manera no coordinada. Además, el exceso de ejercicio o el consumo de alcohol con el estómago vacío pueden inducir hipoglucemia.

Los síntomas de la hipoglucemia varían de persona a persona y de episodio a episodio. Sin embargo, por lo común incluyen:

  • Aumento del apetito
  • Mareos
  • Confusión
  • Agresividad/Cambios en el estado de ánimo
  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Náuseas
  • Pesadillas
  • Dolor de cabeza
  • Visión borrosa
  • Piel fría y sudorosa

En los casos más severos, si la hipoglucemia no se trata rápido puede causar el coma. En estos casos se debe administrar una inyección de glucagón, la cual aumentará temporalmente los niveles de glucosa en sangre. Las personas con diabetes mellitus y su círculo más cercano deben conocer los síntomas de alerta tempranos de la hipoglucemia y saber como manejarla.

Para ello es una buena idea contar con una provisión de emergencia de dulces o caramelos a la mano en diferentes lugares de la casa e incluso el automóvil. Si durante la hipoglucemia los niveles de azúcar se corrigen rápido, no debería haber ningún tipo de consecuencia grave.

Es importante asegurarse de llevar algún tipo de tarjeta de identificación que diga que la persona es diabética, de manera que cualquiera que preste primeros auxilios en caso de emergencia lo sepa y pueda ayudar de manera efectiva en caso de cualquier complicación.

¿Qué es la hiperglucemia?

La hiperglucemia se presenta cuando los niveles de azúcar son superiores a los 180 mg/dl. Una lectura elevada de tanto en tanto no es un problema pero si la glucemia se mantienen alta de manera consistente y no es controlada, hay riesgo de daño a los órganos internos. Además, es posible que se presente coma hiperglucémico.