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Infección renal y litiasis renal: tratamientos

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Los riñones son los órganos que funcionan como filtros principales del cuerpo. El cuerpo humano tiene dos, uno a cada lado del abdomen, y ambos producen la orina, la cual se drena a través de los uréteres hasta la vejiga urinaria, donde se almacena hasta que llega el momento de expulsarla al exterior a través de la uretra. La infección renal es un padecimiento muy común, por lo que vamos a detallar cómo ocurre y cuáles son sus tratamientos.

¿Qué es una infección renal?

La infección renal o pielonefritis (como se le conoce médicamente) es la infección de uno o ambos riñones la cual se puede desarrollar a cualquier edad, siendo más común en mujeres.

También existe lo que se denomina litiasis renal, donde es posible que se formen piedras en cualquier parte del tracto urinario, que de hecho se trata de un hecho relativamente común. El tamaño y forma de las piedras varía ampliamente y va desde el tamaño de un grano de arena hasta el de una perla, e incluso mayores. Por lo general, es una condición indolora mientras las piedras se mantengan en el riñón, sin embargo, cuando estas pasan hasta la vejiga a través de los uréteres, pueden causar mucho dolor.

¿Cuál es la causa de la infección renal?

Las infecciones renales se desarrollan cuando las bacterias que eventualmente alcanzan la vejiga viajan hasta los riñones. Esto puede suceder en los casos de cistitis, aunque no necesariamente todos los casos de cistitis van a desarrollar pielonefritis.

Por otra parte, se puede desarrollar una infección renal sin necesidad de que exista una cistitis, en estos casos lo más común es que exista una piedra que bloquea uno de los uréteres. Finalmente, en raras ocasiones las bacterias llegan al riñón a través del torrente sanguíneo.

¿Cuál es la causa de las piedras en los riñones?

La causa más común de piedras en los riñones (o cálculos renales, como también se les conoce) suele ser desconocida. Sin embargo, los antecedentes familiares de cálculos renales, el uso de ciertos medicamentos y el hecho de tener un sólo riñón, aumentan las posibilidades de sufrir de cálculos renales.

El 80% de las piedras del riñón son de calcio, por lo que una dieta rica en calcio y oxalato puede aumentar las posibilidades de presentar litiasis renal. Asimismo, ciertas condiciones médicas como el cáncer o las propias enfermedades renales aumentan las posibilidades de padecer de cálculos renales de calcio.

Por otra parte, cerca del 10% de las piedras son de magnesio o productos de desecho del amonio. En estos casos, las piedras se conocen como cálculos de estruvita y suelen estar asociados a infecciones urinarias de larga duración.

Existe otro tipo de cálculos formados por ácido úrico, los cuales suelen presentarse cuando existen niveles elevados de esta sustancia en sangre, tal como sucede en las personas que reciben quimioterapia y aquellos que consumen exceso de carnes rojas.

¿Cuáles son los síntomas de la infección renal?

infección renalLos siguientes síntomas pueden estar asociados a infecciones renales, aunque no necesariamente tienen que presentarse todos. De hecho, algunos pacientes sólo dicen sentirse un “poco mal” a pesar de estar sufriendo pielonefritis.

  • Dolor sordo en la parte posterior de la espalda o el abdomen
  • Dolor al orinar
  • Sensación de necesidad de orinar con más frecuencia de lo usual aún cuando el volumen de orina es muy escaso
  • La orina puede ser oscura o turbia, en ocasiones hay sangre en la orina
  • Fiebre y escalofríos
  • Orina con olor rancio
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea

Las personas que tienen una infección del riñón durante mucho tiempo pueden desarrollar pielonefritis crónica, aunque esto sólo ocurre si existe otra enfermedad renal asociada tal como cálculos renales muy grandes.

¿Cuáles son los síntomas de los cálculos renales?

Algunos cálculos renales son totalmente asintomáticos y es posible que la persona nunca sepa que los tiene. Sin embargo, conforme se hacen más grandes, las piedras en el riñón tienden a dar más síntomas debido a que interfieren con el flujo normal de orina, además, cuando salen del riñón a través de los uréteres generan mucho dolor y aumentan el riesgo de infecciones urinarias.

Los síntomas de los cálculos renales pueden comenzar de manera súbita y violenta, con dolor muy intenso localizado en un sólo lado de la espalda o en la parte baja del abdomen y la ingle. Este dolor puede estar acompañado de náuseas o vómitos. Además, pueden asociarse algunos de los síntomas de infección urinaria descritos previamente.

¿Cómo se diagnostica la infección renal?

El médico tendrá la sospecha de una infección renal a partir de los síntomas, no obstante, será necesario confirmar el diagnóstico mediante un examen de orina que además permitirá identificar el agente causal de la infección. Además, es necesario realizar exámenes de sangre para asegurarse de que las bacterias no han alcanzado el torrente sanguíneo.

Generalmente, no es necesario realizar más que una prueba de orina y de sangre, aunque si se sospecha que existe un problema asociado a la infección urinaria o algo que esté condicionando que esta aparezca, el médico puede solicitar realizar rayos X, Resonancia Magnética Nuclear o Tomografía.

Dado que las infecciones renales son menos comunes en hombres y en niños varones, es posible que en estos casos sea necesario realizar más exámenes complementarios.

Para diagnosticar una litiasis renal, en muchos casos las características del dolor son suficientes para orientar el diagnóstico, el cual será luego confirmado mediante rayos X. Esto se hace con la finalidad de determinar el tamaño y localización de las piedras. Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cálculos renales es posible que se soliciten exámenes de sangre para determinar la razón por la que se formaron las piedras en el riñón.

Tratamiento de la pielonefritis

La mayoría de las infecciones renales se tratan con un curso simple de antibióticos. Además es posible administrar analgésicos para reducir tanto el dolor como la temperatura.

Las personas que padecen una infección urinaria deben evitar deshidratarse, por lo que es necesario que consuman al menos 2 litros de agua al día a menos que exista otra condición médica que no permita consumir tal cantidad de líquidos.

En la mayoría de los casos, los antibióticos serán suficientes para acabar con la infección. Sin embargo, en ciertas ocasiones es necesario hospitalizar al paciente debido a la severidad de la infección, porque esta no responde a los antibióticos por vía oral o existe alto riesgo de deshidratación. En el hospital los antibióticos serán administrados directamente en las venas de manera que inicien su efecto inmediatamente.

¿Cómo se tratan los cálculos renales?

La mayoría de los cálculos renales son pequeños y serán expulsados con la orina en algunas horas o días y cuando esto ocurra, probablemente será necesario el uso de analgésicos para aliviar el dolor que en ocasiones es tan intenso que requiere hospitalización.

Si los cálculos renales son tan grandes que no podrán ser expulsados o si el dolor continúa, será necesario otro tipo de tratamiento. Para ello existen diversas opciones dependiendo del tamaño y el tipo de cálculo. Entre las diversas modalidades terapéuticas disponibles se encuentran:

  • Litotripsia Extracorpórea con Ondas de Choque: es el método usado con más frecuencia ya que no se necesita cirugía. Para este tratamiento una máquina genera ondas de choque en el exterior del cuerpo a fin de pulverizar las piedras, reduciéndose así su tamaño hasta el punto en que pueden ser expulsadas por la orina de manera natural.
  • Nefrolitototmía Percutánea: Se trata de un procedimiento durante el cual un pequeño instrumento conocido como nefroscopio, se coloca dentro del riñón a través de una pequeña incisión en la espalda. Una vez dentro es posible extraer las piedras con el nefroscopio o romperlas usando ondas de choque. Este procedimiento suele usarse cuando las piedras son muy grandes.
  • Ureteroscopia: Si las piedras se encuentran atascadas en el uréter se debe insertar un tubo flexible conocido como ureteroscopio a través de la uretra, pasando por la vejiga y hasta el uréter. Una vez allí, se puede ver la piedra la cual puede extraerse o pulverizarse para que sea expulsada más tarde con la orina.

Si ninguno de estos métodos funcionan entonces se procede a la cirugía convencional como última opción.

¿Existe alguna complicación de las infecciones del riñón?

La mayoría de las personas con infección renal se recuperan por completo. No obstante, en ocasiones la infección puede provocar un absceso renal y si esto ocurre, será necesario realizar una cirugía para remover el pus que se ha formado en torno al riñón.

Si la infección renal no es tratada, las bacterias pueden llegar al torrente sanguíneo y generar septicemia (infección de la sangre) lo cual es una condición muy seria y potencialmente mortal.

Las infecciones renales a repetición pueden causar el desarrollo de cicatrices permanentes que a largo plazo dañan el riñón, en estos casos el médico realizará las recomendaciones pertinentes para manejar dicha situación.

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