Se trata de una condición médica también conocida como “rinitis estacional“, la cual se asocia con la inflamación e irritación de la delicada mucosa que recubre el interior de la nariz y la garganta, además de la conjuntiva del ojo. La fiebre del heno suele aparecer entre los 11 y 12 años de edad y los síntomas alcanzan su máxima expresión entre los 20 y 30 años, desapareciendo luego gradualmente.

Sin embargo, cada día más y más personas comienzan a presentar síntomas de la fiebre del heno por primera vez luego de los 30 años. Se estima que esta condición afecta entre el 15% y el 20% de la población de países industrializados que vive en zonas templadas, siendo una de las condiciones alérgicas más frecuentes. Es importante recordar que las personas que tienen síntomas de fiebre del heno pueden también desarrollar un cuadro clínico de asma.

Por otra parte, aunque aún se usa el término “fiebre del heno” de hecho la fiebre no forma parte del cuadro clínico el cual tampoco tiene ninguna relación con el heno.

¿Qué otros tipos de rinitis alérgica existen?

El término rinitis alérgica se usa para hacer referencia a cualquier reacción alérgica que ocasiona inflamación de la mucosa nasal. En este sentido, hay dos tipos principales de rinitis alérgica: la rinitis alérgica estacional y la rinitis alérgica perenne. Se habla de rinitis alérgica estacional cuando los síntomas aparecen sólo durante la primavera y el verano que es cuando las plantas florecen y aumenta la cantidad de polen en el ambiente.

Rinitis Alérgica Perenne

Se habla de rinitis alérgica perenne cuando los síntomas aparecen a lo largo de todo el año. En estos casos, los síntomas suelen ser producidos por alérgenos que se encuentran en los espacio interiores tales como los ácaros del polvo, mohos y restos descamados de la piel de los animales domésticos y mascotas. En estos casos los síntomas son similares a los de la fiebre del heno, aunque la persona siente que tiene un resfriado continuo además de tener constantemente obstrucción nasal y dolor de garganta.

¿Cuál es la causa de la fiebre del heno?

La fiebre del heno es causada por una reacción al polen, el cual actúa como un alérgeno. Cuando las partículas de polen son inhaladas, el sistema inmune reacciona en exceso al identificar este elementos como una sustancia nociva por lo que comienzan a producirse anticuerpos del tipo de la inmunoglobulina E (IgE) para destruirlo. La IgE estimula la liberación de ciertos químicos (en especial histamina) con la finalidad de ayudar a sacar el polen de la vía respiratoria siendo este proceso el responsable de los síntomas asociados con la fiebre del heno.

Polen y las alergias

El polen son pequeños granos que transportan el ADN de de la parte femenina de la flor. Hay muchos tipos diferentes de polen, aunque en muchos países el alérgeno asociado con más frecuencia a la fiebre del heno es el polen del pasto (grama).

Otros alérgenos que también pueden producir síntomas de fiebre del heno son el polen de algunos árboles tales como Aliso, Abedul, Sauce y Avellana, así como de hierbas silvestres (malezas) como la Artemisa.

Una persona que sufre de fiebre del heno puede ser alérgica a uno o varios de estos pólenes. Quienes padecen de esta condición, suelen presentar más síntomas cuando están al aire libre, en especial durante los cálidos y con mucho viento cuando la cantidad de polen en el ambiente es mayor.

Si los síntomas de fiebre del heno aparecen al principio de la primavera, lo más probable es que la alergia sea producida por el polen de los árboles; mientras que si los síntomas aparecen durante el verano, es más común que la alergia se deba al polen del pasto.

Síntomas de la fiebre del heno

La severidad de los síntomas puede variar afectando de manera a algunas personas y presentándose síntomas muy severos en otras. Por fortuna, en la mayoría de los casos se pueden prevenir los síntomas, aunque si no se trata de manera adecuada la rinitis alérgica, esta puede afectar la salud general y el estilo de vida.

Los síntomas de la rinitis tanto estacional como perenne pueden ser:

• Aumento de la secreción nasal.
• Estornudos.
• Congestión y obstrucción nasal.
• Picazón de la nariz y la garganta.
• Dolores de cabeza (generalmente asociados a sinusitis).
• Enrojecimiento y prurito ocular asociado a lagrimeo.
• Disminución de la sensibilidad del gusto y el olfato.
• Alteraciones del sueño.
• Picazón en los conductos auditivos.

¿Cómo sé si padezco de fiebre del heno?

Debido a las similitudes entre el resfriado común y la fiebre del heno, en ocasiones es difícil establecer una diferencia clara, en especial cuando los síntomas de la alergia son breves y aparecen de manera irregular.

Los síntomas de la fiebre del heno suelen aparecer durante los meses de primavera y verano variando en severidad. La picazón ocular y el lagrimeo están asociados con frecuencia a la fiebre del heno, aunque no tanto con los resfriados. El diagnóstico se basa en la presencia de un patrón definido de aparición de los síntomas a lo largo del año.

Los síntomas de la fiebre del heno desaparecen cuando ya el alérgeno no está en el ambiente o cuando se ha instaurado un tramiento adecuado.

• Casi la mitad de las personas que sufren de fiebre del heno dicen que esta interfiere con su trabajo. La razón más frecuente de ello es la irritabilidad así como la falta de concentración.
• Durante la estación de fiebre del heno, quienes se ven afectados dicen estar menos felices e incluso deprimidos.
• 10% de las personas que sufren de fiebre del heno han debido pedir permiso para ausentarse del trabajo debido a la severidad de los síntomas.
• Muchos de quienes sufren de fiebre del heno indican que están conscientes del efecto que esto tiene en su apariencia personal lo cual en consecuencia afecta su vida social.

¿Hay algo que pueda hacer para prevenir la rinitis alérgica?

Para minimizar los síntomas, se debe evitar el contacto con el alérgeno responsable de estos. En consecuencia, es útil para prevenir la fiebre del heno:

• Mantener puertas y ventanas de la casa cerradas lo mismo que las ventanillas del coche, especialmente en los días donde la cantidad de polen es mayor (cálidos y ventosos)
• Usar anteojos de sol cuando se está al aire libre.
• Evitar cortar el césped en el verano y no tener contacto con el césped recién cortado.
• Aplicar una delgada capa de Vaseline™ justo en la entrada de las fosas nasales a fin de atrapar el polen
• Lavar la ropa cada vez que llegue a casa ya que el polen se suele adherir a las fibras de nuestra indumentaria.
• Mantener la cama lo más limpia posible
• Tomar una ducha o un baño antes de ir a la cama a fin de eliminar el polen que se pueda haber adherido a la piel y el cabello
• Evitar estar al aire libre durante las primeras horas de la noche cuando la cantidad de polen suele ser mayor

Para prevenir los síntomas de rinitis alérgica perenne es útil intentar lo siguiente:

• Quitar el polvo y aspirar la casa con regularidad para minimizar la presencia de polvo y por tanto de ácaros.
• Usar cobertores especiales para el colchón y las almohadas.
• Lavar con agua caliente toda la lencería de cama al menos una vez por semana.
• Evitar las mascotas y si las tienes, bañarlas regularmente, mantenerlas fuera de la casa y nunca dejar que entren a la habitación donde duermes.

¿Cómo se diagnostica la rinitis alérgica?

El diagnóstico de rinitis alérgica suele hacer con base en los síntomas, particularmente en los casos de fiebre del heno. Por su parte, el diagnóstico de rinitis alérgica perenne es más difícil de alcanzar, por lo que el médico suele solicitar llevar un registro del patrón de aparición de los síntomas, haciendo énfasis en el registro de cuándo estos ocurren y cuándo son más intensos. Esta técnica puede ayudar a identificar con bastante precisión que está desencadenando los síntomas.

Adicionalmente, puede ser necesario realizar pruebas de alergia para confirmar exactamente de qué alérgeno se trata.

¿Con qué tratamientos se cuenta para la rinitis alérgica?

Al igual que con cualquier otra alergia, el mejor tratamiento es trata de identificar el alérgeno y luego evitar tanto como sea posible el contacto con este.

Además, existen varios tratamientos para aliviar y prevenir los síntomas de la rinitis alérgica, siendo los que se usan con más frecuencia aquellos que contienen antihistamínicos. En este sentido, hay una gran variedad de medicamentos de este tipo que se pueden comprar sin prescripción. Estos ejercen su efecto al bloquear el efecto de la histamina lo que suele aliviar rápidamente la mayoría de los síntomas.

La mayoría de los antihistamínicos vienen para ser usados por vía oral, aunque también existen presentaciones en forma de aerosol y gotas a fin de colocarlo directamente en las áreas más afectadas como lo son la nariz y los ojos, respectivamente. Su farmacéutico local puede orientarte sobre cual es la presentación que funciona mejor para tu caso.

Si sufres de congestión nasal, quizás sea necesario usar un atomizador que contenga corticoesteroides. El atomizador nasal actúa directamente en la mucosa nasal para aliviar los síntomas. Este tipo de tratamiento por lo general no está asociado a los efectos secundarios de los esteroides, ya que la dosis es muy pequeña.

Sin embargo, en algunos casos se ha reportado sangrado nasal asociado al uso de estos tratamiento. En casos severos, estos esteroides se pueden administrar por vía oral. Estos fármacos actúan al disminuir la intensidad de la respuesta del sistema inmune reduciendo así la inflamación y por ende los síntomas derivados de esta. Para lograr un efecto óptimo todos estos tratamientos deben ser realizados de manera regular.

Si los síntomas son muy severos o persistentes, lo más probable es que los antihistamínicos no sean suficientemente efectivos- En estos casos, si no logras conseguir un preparado de venta libre que funcione bien para ti será necesario consultar con el médico para que este indique tratamientos más potentes de venta sólo con prescripción para tratar la fiebre del heno.