El número de niños diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) ha aumentado de forma importante y alarmante en la última década, estimamdose una prevalencia de 1 por cada 150 niños según un estudio realizado en Estados Unidos, este aumento es de origen multifactorial y sin cura determinada conocida hasta el día de hoy con resultados efectivos en su totalidad.
Existen muchas terapias que se han implementado a lo largo de las décadas, más se encuentra en auge en este momento y también con la que se están realizando múltiples investigaciones es el tratamiento hiperbárico.
Este incremento de la población con TEA ha dado un giro en el punto de mira de la medicina; y el hecho de una escasez de medidas terapéuticas efectivas deja patente una notable necesidad de investigar nuevas terapias efectivas y con mejorías notables para los niños.
El TEA es un trastorno neurobiológico del desarrollo, que se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital, y no es originado por una única causa.
Se trata de un trastorno plurietiológico, donde varios de los factores favorecedores de este trastorno son todavía desconocidos aún después de más de 100 años de haber sido descrito por primera vez. Con el pasar de los años se ha definido y estudiado.
Los genes, la base de la ciencia
La genética influye notablemente en el trastorno, ya que existen muchas alteraciones en múltiples genes, estas mutaciones generan errores o fallos en los códigos para la producción, metilación, transporte, metabolismo entre otras funciones de múltiples proteínas básicas para el correcto metabolismo de nuestro organismo.
Aunque también existen personas con éstas mutaciones pero no poseen ningún síntoma del trastorno, por lo que aún es un reto para la medicina.
¿En qué se basa el tratamiento hiperbárico?
El tratamiento hiperbárico o también conocido como oxigenación hiperbárica o cámara hiperbárica produce un aumento potencial de la irrigación sanguínea cerebral. Cuando el paciente entra en la cámara hiperbárica respira oxígeno a una presión atmosférica superior (1.45 atm) a la presión normal (1 atm). Esto da lugar a una elevación de la presión arterial parcial de oxígeno, lo que produce un mayor suministro de oxígeno al cerebro y un efecto antiinflamatorio.
Aunque todavía no existen estudios con una población control y, el nivel de evidencia científica aún no califica como GOLD STANDARD al tratamiento hiperbárico. La evidencia apunta varios puntos a favor para éste tratamiento, y que en éstos estudios la mejoría de los síntomas es veraz y verificable, resultando beneficiosa para los niños. Por lo que se espera en un futuro se siga investigando en éste tratamiento para disminuir el estado inflamatorio y aumentar la oxigenación de las células nerviosas.
Beneficios del tratamiento hiperbárico para los niños con TEA
Beneficios fisiológicos
Algunos de los beneficios fisiológicos que se logran son:
- Efecto hemodinámico:
- Aumento potencial de la perfusión cerebral.
- Disminución de la hipoxia y/o edema cerebral.
- Efecto antiinflamatorio:
- Disminuye los niveles séricos de proteína C reactiva.
- Disminuye la producción de citocinas proinflamatorias (TNF-alfa, interferón-gamma, IL-1 e IL-6)
- Aumenta la producción de citocinas antiinflamatorias (IL-10)
- Mejoría de la síntomatología gastrointestinal.
- Efecto sobre estrés oxidativo:
- Disminuye la disfunción mitocondrial.
- Aumenta la producción de enzimas antioxidantes como lo son Glutatión peroxidasa, catalasa y superóxido dismutasa desde el primer día de tratamiento y mantiene estable los niveles a lo largo del mismo.
- Mejora parcialmente el metabolismo cerebral.
Beneficios conductuales
El tratamiento hiperbárico es indoloro para los niños con TEA, y se pueden obtener los siguientes beneficios conductuales, gracias a los efectos fisiológicos antes mencionados:
- Disminución de la irritabilidad.
- Menor sensibilidad sensorial, tolerando ruidos fuertes y de fondo.
- Atenuar las dificultades cualitativas de interacción social.
- Mayor respuesta muscular.
- Disminuir falta de empatía y reciprocidad social.
- Aumento de la capacidad para reconocer.
- Responder a gestos y expresiones.
- Mejor comunicación.
- Mejorar la flexibilidad en razonamientos, comportamientos y estereotipias.
Efectos adversos del tratamiento hiperbárico para los niños con TEA
Algunos de los efectos adversos evaluados en diversos estudios son:
- Barotrauma (2% de probabilidad, siendo el efecto adverso con mayor índice estadístico)
- Compresión de los senos nasales.
- Otitis serosa.
- Claustrofobia.
- Miopía reversible.
- Convulsiones de nueva aparición (que ocurren en 1 a 3 de cada 10.000 tratamientos)
Una de las particularidades en gran parte de la condición fisiológica del niño con TEA, son los altos niveles de radicales libres que ocasionan un estrés oxidativo constante que tiene gran relevancia en este trastorno.
Sin embargo los niveles de glutatión oxidado permanecen iguales, por lo que en algunos estudios en los que se controló los valores séricos de éste biomarcador con el tratamiento hiperbárico, no se ve aplanado o al menos disminuido en sangre posterior al tratamiento hiperbárico.
¿No hay población control?
En toda investigación científica en la que se quiera evaluar el beneficio de algún tratamiento debe existir una población control a la que no se aplique el tratamiento y se mantenga en vigilancia. Además pudiera existir una población a la que se le de tratamiento placebo para eliminar la posible mejoría por inducción psicológica de paciente.
La terapia o tratamiento hiperbárico aún requiere muchas investigaciones para esclarecer todas las bondades que pueda brindar a los niños con TEA, muchos de los casos han presentado notables mejorías en la vida de éstos niños fisiológicas y conductuales, dándole más esperanzas a los padres en una vida más normal y funcional para sus hijos.
Las investigaciones sobre el tratamiento hiperbárico en el TEA por el momento son pocas, pero con los meses y años de investigación podremos saber si puede ser o no un tratamiento coadyuvante definitivo para los niños con TEA.
Referencias Bibliográficas
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