¿Qué es la médula ósea?

La médula ósea es un material suave y esponjoso que se encuentra dentro de la cavidad de los huesos de la columna vertebral, y es allí donde se forman todos los tipos de células que componen la sangre. En una persona saludables se producen millones de células tanto rojas como blancas cada día en la médula ósea.
La sangre de todas las personas es una mezcla de un fluido conocido como plasma y tres tipos de células que son:
  • Las células blancas – Los glóbulos blancos, fundamentales para combatir las infecciones y se dividen en dos tipos principales, ambos producidos en la médula ósea: los neutrófilos que derivan de las células mieloides y los linfocitos.
  • Células rojas – o glóbulos rojos, llevan oxígeno a todos los rincones del organismo además de darle a la sangre su color característico.
  • Plaquetas o trombocitos – son las células sanguíneas más pequeñas y resultas indispensables para la coagulación de la sangre y por tanto la prevención de hemorragias.

¿Qué es la leucemia?

La leucemia es un tipo de cáncer que afecta las células blancas de la sangre. La palabra leucemia deriva del griego y significa “sangre blanca”.

Dado que hay distintos tipos de células en la médula ósea, es posible que se desarrollen distintos tipos de leucemia, cada una con un tratamiento diferente; en este sentido los principales tipos de leucemia son:

  • Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) – aparece cuando el cáncer afecta a los linfocitos inmaduros, conocidos como linfoblastos. Este es el tipo de leucemia más común en niños pequeños, por lo general entre 1 y 7 años de edad, siendo excepcional en la vida adulta.
  • Leucemia Mieloide Aguda (LMA) – en este caso están afectadas las células mieloides inmaduras y la enfermedad aparece más que todo en adultos, aunque se han reportado casos en niños.
  • Leucemia Linfocítica Crónica (LLC) – este tipo de leucemia afecta a los linfocitos y es la forma más común de leucemia en la edad adulta mientras, que en niños resulta verdaderamente excepcional.
  • Leucemia Mieloide Crónica (LMC) – se trata del cáncer que afecta a los neutrófilo; este tipo de leucemia es muy rara en niños siendo por lo general una enfermedad del adulto, afectando en mayor proporción a hombres que a mujeres.

El término “agudo” implica que la leucemia aparece de manera súbita y progresa muy rápido si no es tratada. Por el contrario, “crónica” implica que se trata de una enfermedad de aparición y desarrollo lento aún cuando no se reciba tratamiento.

¿Qué causa la leucemia?

En condiciones normales, las células de la sangre se producen de manera controlada, lo cual permite que las personas estén sanas. Sin embargo, en los casos de leucemia, la médula ósea comienza a produce grandes cantidades de células anormales.

Estas células anormales no maduran como deberían hacerlo, lo cual altera la producción de los otros tipos de células sanguíneas que no pueden hacer su trabajo correctamente, siendo entonces cuando el paciente comienza a presentar los síntomas de leucemia tales como anemia y hematomas.

¿Cuáles son los factores de riesgo para este tipo de cáncer?

No existen factores de riesgo definidos que aumentan el riesgo de desarrollar leucemia, por lo que generalmente el médico le dice al paciente que la razón de su enfermedad es desconocida. Sin embargo, existen algunas condiciones que se cree aumentan las probabilidades de desarrollar la enfermedad, entre estas se encuentran:

  • En casos raros se puede desarrollar leucemia después de la exposición a químicos y otros solventes de uso industrial. En los últimos años ha aumentado la cantidad de personas con leucemia que viven cerca de centrales nucleares, aunque aún no se ha logrado establecer una relación causa-efecto.
  • Las personas con ciertos problemas genéticos tales como el Síndrome de Down tienen un riesgo más alto de desarrollar leucemia aunque no se sabe muy bien la razón de ello.
  • Como en la mayoría de los cáncer, el hecho de fumar aumenta el riesgo de desarrollar leucemia. De hecho, se estima que un cuarto de los casos de leucemia son causados por el tabaquismo.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la leucemia?

Los siguientes síntomas se presentan con frecuencia en las personas que sufren leucemia, sin embargo, no todos están presentes al mismo tiempo y en ocasiones unos son más severos que otros:

  • Palidez marcada de la piel y las mucosas
  • Dolor articular y óseo
  • Hematomas y sangramientos, en especial por la nariz y las encías
  • Fiebre, escalofríos y otros tipos de síntomas similares al resfriado común
  • Sudoración nocturna
  • Debilidad y fatiga
  • Dificultad para respirar
  • Aumento de volumen de los ganglios linfáticos
  • Infecciones a repetición como por ejemplo infecciones de la garganta
  • Pérdida de peso
  • Aumento del tamaño del hígado y el bazo que pueden generar molestias abdominales
  • Pérdida del apetito.

Por lo general, las personas con este tipo de cáncer de las células sanguíneas se debilitan, luciendo pálidas y cansadas. Esto suele deberse a que están anémicas debido a la producción insuficiente de glóbulos rojos.

Aún así, algunos pacientes no experimentan síntoma alguno y el diagnóstico se realiza por una prueba de sangre rutinaria. Además, hay que considerar que estos síntomas no son exclusivos de la leucemia, por lo que si se presentan es necesario consultar al médico para determinar con exactitud su causa.

¿Cómo se diagnostica?

leucemia

Para diagnosticar la leucemia, el médico además del examen físico donde buscará aumento de tamaño del hígado, el bazo y los ganglios linfáticos, realizará exámenes de sangre para determinar si hay células sanguíneas inmaduras en la circulación. No obstante, aún cuando el examen de sangre puede dar indicios de que existe leucemia, este no permite determinar de cuál tipo se trata, por lo que el diagnóstico definitivo se basa en la biopsia de médula ósea.

Para realizar esta biopsia se debe remover una pequeña cantidad de médula ósea usando una aguja y una jeringa, por lo general en el área de la cadera o el pecho, siendo luego analizada con técnicas especiales. Se trata de un proceso relativamente fácil el cual se puede realizar bajo anestesia local.

¿Cuáles son los tratamientos disponibles para la leucemia?

El objetivo de los tratamientos para la leucemia es eliminar las células anormales de la médula ósea. Cuando esto ocurre, se dice que el paciente entró en remisión, es decir, está libre de síntomas y no hay evidencias de células malignas. Una vez que una persona con leucemia ha pasado 5 años sin tratamiento y la enfermedad no ha vuelto a manifestarse, se considera curada. Por fortuna la mayoría de los niños con leucemia logran una recuperación completa.

Los tratamientos actuales pueden ser muy complejos pero también son muy efectivos. El esquema específico de tratamiento dependerá de las necesidades de cada paciente así como del tipo de cáncer diagnosticado, la edad y el estado general de salud del enfermo.

Si el paciente tiene pocos síntomas y la leucemia es de progresión muy lenta, puede que no sea necesario ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, será necesario una monitorización permanente a fin de iniciar tratamiento ante el primer indicio de actividad de la enfermedad.

Por lo general, el tratamiento de la leucemia consiste en quimioterapia la cual ha demostrado ser muy efectiva para eliminar las células malignas de la sangre, a pesar de que también eliminan las células normales. Esto hace que el paciente se sienta muy enfermo (presentando vómitos y diarrea) a consecuencia del tratamiento.

Es sólo una vez que se concluye el tratamiento con quimioterapia que las células sanas comienzas a crecer de nuevo, siendo en esta etapa administrar otro tipo de tratamiento para prevenir que la leucemia vuelva a aparecer. El tiempo exacto para esta fase de tratamiento depende de la respuesta individual.

En algunos casos puede ser necesario usar radioterapia combinada con la quimioterapia a fin de aliviar los síntomas.

El trasplante de médula ósea es otro tipo de tratamiento que da a los pacientes con leucemia la posibilidad de curación cuando la quimioterapia falla o la leucemia vuelve a aparecer después de un tratamiento inicial exitoso. El esquema consiste en recibir dosis muy elevadas de quimioterapia, en ocasiones combinada con radioterapia a fin de eliminar todas las células de la médula ósea para luego realizar el trasplante a partir de la médula ósea de un donante compatible (por lo general un familiar consanguíneo) e incluso la propia médula ósea.

Las células del donante se colocan directo en el torrente sanguíneo a través de un catéter y una vez allí las células encuentran el camino hasta la médula, donde con suerte se instalarán para comenzar a producir células sanguíneas normales de nuevo.