La incontinencia urinaria, o simplemente incontinencia, es la incapacidad de controlar el flujo de orina hasta llegar al baño. Puede ser un problema muy incómodo, por lo que la mayoría de las personas que lo sufren no buscan ayuda. Sin embargo, si no se trata, la incontinencia puede causar erupciones cutáneas, depresión, así como infecciones cutáneas y renales.
Se debe tener muy claro que la incontinencia no es una parte natural del envejecimiento y que en muchos casos puede ser tratada con éxito. La incontinencia es una condición mucho más común en mujeres que en hombres.
El Tracto Urinario
Antes de explicar las causas de incontinencia, puede ser útil conocer un poco más sobre el sistema urinario. El sistema urinario está integrado por 2 riñones, 2 uréteres, una vejiga y una uretra. Además, hay un anillo muscular muy poderoso en torno al cuello de la vejiga, lo que se conoce como esfínter.
El esfínter es el músculo responsable de prevenir la fuga de orina y puede jugar un papel importante en la incontinencia. La orina se produce en los riñones de manera continua tanto de día como de noche y pasa a través de los uréteres hasta la vejiga, la cual no es más que un saco muscular donde la orina se almacena hasta que llega el momento de liberarla al exterior a través de la uretra.
El cerebro controla cuán llena está la vejiga y eventualmente comenzamos a sentir la necesidad de vaciarla antes de que esta alcance su capacidad máxima. La mayoría de las personas, dependiendo de cuanto han transpirado, comido y bebido durante el día, necesitará vaciar la vejiga entre 4 y 8 veces al día.
¿Qué causa la incontinencia urinaria?
La incontinencia se puede deber a numerosas razones, algunas de las cuales son temporales. Por ejemplo, la incontinencia de aparición súbita debida a infecciones urinarias tales como la cistitis, así como la incontinencia secundaria al uso de ciertos medicamentos.
Una de las causas de incontinencia es cuando los músculos del suelo pélvico que rodean la vejiga se tornan débiles. Los músculos del suelo pélvico se debilitan después del parto o la cirugía pélvica. Además, la incontinencia puede aparecer después de la menopausia debido a la ausencia de estrógeno lo cual induce debilidad de la uretra. En los hombres la incontinencia se desarrolla a consecuencia del crecimiento prostático.
¿Cuáles son los diferentes tipos de incontinencia?
Hay varios tipos de incontinencia, siendo los más comunes:
- Incontinencia Urinaria de Esfuerzo – es el tipo más común de incontinencia en las mujeres y ocurre cuando los músculos del esfínter ya no son eficientes y ante cualquier incremento de la presión en la vejiga se presenta una fuga de orina. Esto puede ocurrir con actividades tan triviales como reír, estornudar, toser, correr o incluso elevar una carga liviana. En los casos más severos la orina puede escaparse tan sólo con caminar o incorporarse.
En todos los casos sólo se escapa una cantidad muy pequeña de orina cada vez. A pesar de su nombre la incontinencia urinaria de esfuerzo no es producida por el esfuerzo en sí, al contrario se debe al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico debido a los partos, el aumento de peso, ciertos tipos de cirugía e incluso después de la menopausia.
- Urgencia miccional – se trata de otro tipo de incontinencia muy común secundaria a una vejiga hiperactiva. La urgencia miccional se presentan cuando una vez que se tienen ganas de orinar, se es incapaz de llegar al baño antes que se escape un pequeño chorro de orina. Además, esta condición suele estar asociada a la necesidad de orinar constantemente.
La vejiga hiperactiva, por lo común, se debe a que los músculos de la vejiga le envían un mensaje al cerebro indicándole que la vejiga está llena cuando en realidad no es así. Los cambios de los músculos pueden deberse a infecciones urinarias, consumo de alcohol o algunos medicamentos. La urgencia miccional es también común en personas con trastornos neurológicos tales como esclerosis múltiple, demencia y en quienes han sufrido una enfermedad cerebro-vascular.
La urgencia miccional puede hacer que la vejiga se vacíe por si sola mientras la persona duerme, después de haber consumido una pequeña cantidad de agua o incluso al escuchar el agua correr. Este tipo de incontinencia es la más común entre las personas mayores así como en las mujeres después de la menopausia.
- Incontinencia por rebosamiento – esto ocurre cuando existe una obstrucción que impide que la vejiga se vacíe adecuadamente, dando como resultado la sensación de que la vejiga nunca se vacía del todo haciendo que se sienta la necesidad de vaciarla aunque no es posible hacerlo. La incontinencia por rebosamiento es común en hombres mayores, en especial entre aquellos con crecimiento prostático lo cual puede hacer que la uretra se bloquee. Además los cálculos uretrales pueden tener este mismo efecto. Se trata de un tipo de incontinencia rara en las mujeres.
- Incontinencia funcional – este tipo de incontinencia ocurre cuando las personas tienen un control adecuado de la vejiga pero son incapaces de llegar al servicio sanitario debido a un problema físico o neurológico tal como la enfermedad de Alzheimer o las personas que usan sillas de ruedas a quienes les puede costar llegar al inodoro a tiempo.
Cuando se presentan una combinación de dos o más tipos de incontinencia se habla de incontinencia urinaria mixta.
¿Cuáles son los síntomas de incontinencia?
El síntoma de todos los tipos de incontinencia es la pérdida de una pequeña cantidad de orina antes de ser capaz de llegar al servicio sanitario.
¿Cómo se diagnostica la incontinencia?
Es común que el médico pueda diagnosticar el tipo de incontinencia con base sólo en los síntomas, sin embargo, el diagnóstico deberá ser confirmado mediante un examen físico detallado de la vagina, el pene y/o las estructuras pélvicas.
Además, puede ser necesario realizar algunas pruebas especiales como exámenes de orina para descartar que exista una infección así como rayos X o ultrasonidos para evaluar los órganos pélvicos, los riñones y los uréteres. Por otra parte, puede ser necesario realizar un estudio urodinámico o una cistoscopia. El estudio urodinámico se usa para medir el flujo de orina y evaluar como se llena y se vacía la vejiga; por su parte la cistoscopia consiste en la introducción de una pequeña cámara dentro de la vejiga para evaluar su condición de salud.
Estas pruebas son importantes ya que permiten diferenciar con claridad un tipo de incontinencia de la otra. Cada una requiere un tratamiento diferente.
¿Cómo se trata la incontinencia urinaria?
En los casos de incontinencia urinaria de esfuerzo, la piedra angular del tratamiento son los ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico que le dan soporte a la vejiga y el resto de los órganos pélvicos. Estos ejercicios se conocen como los Ejercicios de Kegel y, tanto el médico como el fisioterapeuta, podrán explicar detalladamente como realizarlos.
Además, se pueden usar unos conos con pesos específicos diseñados especialmente para fortalecer los músculos pélvicos, aunque hay que ser persistente ya que pueden pasar algunas semanas antes que se vean los resultados de estos ejercicios.
Si la incontinencia no mejora con los ejercicios, siempre está la opción de la cirugía. En estos casos, el procedimiento quirúrgico incluye la elevación y tensión de los músculos que dan soporte a la vejiga urinaria. En este sentido, el médico discutirá con cada paciente las distintas técnicas disponibles para este fin.
En cuanto a la urgencia miccional hay muchos medicamentos disponibles, todos ellos destinados a reducir la actividad de la vejiga urinaria. Además, es posible que sea necesario realizar “entrenamiento vesical“, también llamado “biofeedback” y el cual consiste en enseñarle a la vejiga que no debe enviar el mensaje de “estar llena” antes de tiempo. El entrenamiento de la vejiga de realiza conteniendo las ganas de orinar al primer estímulo, incrementando progresivamente el tiempo entre la aparición del estímulo y el momento de vaciar la vejiga.
En los casos donde la causa de la incontinencia es una infección será necesario administrar antibióticos para tratarla.
Si los síntomas de incontinencia urinaria de esfuerzo o de urgencia miccional aparecieron después de la menopausia, es posible que el uso de ungüentos con estrógeno sea beneficioso.
La incontinencia por rebosamiento se trata eliminando la causa de la obstrucción.
Las personas que padecen incontinencia funcional deben recibir ayuda para asegurarse de que siempre haya un área para orinar cerca a donde están. Asimismo, las prendas de vestir deben ser fáciles de retirar. Si esto no da resultado, hay numerosos modelos de toallas clínicas y pañales para adultos que pueden ayudar a mantener la dignidad.
¿Qué puedo hacer en caso de sufrir de incontinencia?
Hay varias cosas que se pueden hacer, entre ellas:
- Evitar las bebidas que contengan cafeína tales como los refrescos de cola y el café, ya que aumentan las producción de orina
- Mantener un preso saludable ya que el sobrepeso aumenta las posibilidades de que se desarrolle incontinencia
- Vaciar la vejiga a intervalos regulares de manera que nunca alcance su capacidad máxima
- Ejercitar los músculos del piso pélvico lo cual se logra simplemente contrayendo los músculo del piso pélvico como si se estuviesen conteniendo las ganas de orinar.
- Usar toallas clínicas especiales para proteger la piel del contacto con cualquier fuga de orina
- Hacer ejercicio regularmente, caminar tanto como sea posible
- Usar prendas de vestir fáciles de colocar/retirar
- Evitar el consumo de alcohol dado que su efecto diurético promueve la producción de más orina en los riñones