La palabra eccema (o eczema) deriva del griego y significa “hervido”. Tanto el término eccema como dermatitis se usan en medicina para describir diferentes enfermedades de la piel y al igual que sucede con diversos problemas de alergia, la severidad de la enfermedad puede variar. Aunque puede que no se vea muy agradable, hay que recordar que el eccema no es contagioso.

Síntomas del eccema

El síntoma principal de esta condición es piel seca, roja e inflamada. El área afectada por lo general es muy pruriginosa y puede presentar pequeñas ampollas que al cicatrizar generan costra. Por lo general esta condición se presenta en la cara, manos, parte interna de los codos y detrás de la rodilla aunque esto no significa que pueda aparecer en otras partes del cuerpo.

¿Cuál es la causa del eccema?

La causa depende del tipo de eccema que se padece. A grosso modo, en los adultos, el eccema puede ser activado por ciertas sustancias químicas lo cual podría condicionar que no sea posible realizar ciertos tipo de trabajo, en especial en áreas de riesgo como podrían ser peluquería, enfermería, limpieza, ingeniería, manipulación de animales y moldeado.

Tipos de eccema

Hay muchas formas diferentes de eccema, todas ellas muy similares entre sí aunque debidas a diferentes causas.

Las dos forma más comunes de esta enfermedad son el eccema atópico o alérgico, y la dermatitis de contacto.

Eccema Atópico

El eccema atópico es probablemente la forma más común de la enfermedad, estimándose que afecta a 1 de cada 5 niños. Se cree que se trata de una condición hereditaria asociada, por lo común, a la fiebre del heno y el asma.

Tanto los niños como los adultos pueden sufrir esta enfermedad, aunque en los niños tiende a mejorar conforme crecen y desaparecer normalmente para cuando alcanzan la adolescencia.

Las personas que sufren de eccema son muy sensibles a elementos del entorno cotidiano, conocidos como alérgenos, entre los que se cuentan:

  • Los ácaros del polvo – presentes en cada casa del mundo, viviendo generalmente en los colchones, lencería, alfombras y juguetes de peluche. Los ácaros son totalmente inofensivos y la mayoría de las personas ni se da cuenta de su existencia
  • Animales – como los gatos y los perros
  • Polen del pasto, árboles y otras plantas
  • En ocasiones algunos alimentos tales como leche, huevos, chocolate o nueces

El síntoma cardinal del eccema atópico es prurito insoportable, lo cual hace que el paciente se rasque continuamente infringiéndose heridas que luego pueden infectarse. Otros síntomas incluyen piel seca, roja e inflamada. Ciertos factores tales como el estrés y las infecciones (como por ejemplo el resfriado común), pueden empeorar la condición. Un punto importante para recordar, es que por lo común el eccema aparece en los pliegues de la piel.

Dermatitis de contacto

La dermatitis de contacto se desarrolla cuando la piel ha estado en contacto con algún elemento externo al cual es sensible. Existen dos tipos de dermatitis de contacto, ambas con síntomas muy similares al eccema atópico, aunque por lo general el área afectada son las manos.

Dermatitis de contacto alérgica

Las personas no nacen con dermatitis de contacto alérgica, pero pueden llegar a desarrollarla después de un período prolongado de contacto con el alergeno. No se sabe la razón por la que ciertas personas desarrollan reacciones alérgicas a ciertas sustancias mientras que otras no.

Cuando se presentan los síntomas estos suelen ser prurito, enrojecimiento, descamación y agrietamiento de la piel. Un ejemplo de dermatitis de contacto alérgica es la erupción que aparece en la muñeca cuando se usa un reloj que contiene níquel, siendo este metal uno de los principales responsables de la dermatitis de contacto en las mujeres.

Entre los alérgenos más comunes vinculados a esta condición se encuentran:

  • Níquel – el cual forma parte de algunos relojes, bisutería económica y hebillas de correas
  • Cemento húmedo.
  • Goma y látex como los contenidos en los preservativos y los guantes de goma.
  • Cosméticos, tintes para el cabello y perfumes.
  • Plantas y flores, como por ejemplo dalilas y crisantemos.

A fin de prevenir que ocurran reacciones cutáneas, se debe evitar el contacto con cualquier alérgeno que se sepa produce eccema o lo empeora.

Dermatitis de contacto irritante 

Este tipo de eccema es causada por el contacto constante con sustancias de uso cotidiano como los jabones y los detergentes, los cuales causan irritación y daño a la capa exterior de la piel. Los adultos suelen verse afectados con más frecuencia, estando por lo general comprometidas las manos.

Las sustancias irritantes más comunes incluyen::

  • Pinturas
  • Gasolina
  • Líquidos limpiadores, jabones y suavizantes de ropa
  • Champú
  • Químicos de limpieza como los desinfectantes y los blanqueadores

Este tipo de eccema se puede prevenir al evitar el contacto con la sustancia irritante que causa el problema y manteniendo la piel bien hidratada.

¿Existe alguna complicación del eccema?

Lo más importante que se debe hacer en los casos de eccema es mantener la piel bien hidratada a fin de evitar que se seque, ya que cuando esto ocurre aumenta la cantidad de una bacteria conocida como Staphylococcus aureus, bacteria responsable de enfermedades como celulitis y neumonía.

En los casos de eccema, la piel es más proclive a infectarse por este bacteria y cuando esto sucede, el área afectada se torna muy roja, húmeda y dolorosa, produciéndose costras secas y amarillentas. Además, se pueden ver pequeñas ampollas llenas de pus amarillo. Cuando esto ocurre, es necesario tratar a la persona con antibióticos como la penicilina.

Una de las complicaciones más serias de esta enfermedad es el eccema herpético, el cual aparece cuando el eccema se infecta con el virus del herpes. El eccema herpético es una condición delicada para la cual se debe buscar ayuda médica.

Los síntomas de este tipo de eccema pueden incluir fiebre, erupción generalizada con pequeñas ampollas cutáneas llenas de pus amarillo y sensación de malestar general. La erupción puede abarcar toda la superficie de la piel. El eccema herpético puede afectar a cualquier paciente con eccema, en especial aquellos con heridas y úlceras abiertas cuya piel entra en contacto con alguien que tiene úlceras bucales activas o herpes genital.

Para tratar esta condición es necesario administrar medicamentos antivirales por vía oral. Por fortuna, si se toma en consideración lo frecuentes que son tanto el eccema como la infección por herpes virus, el eccema herpético es una condición más bien infrecuente.

En cualquier ocasión que la piel se torne roja, dolorosa y presente ampollas llenas de pus, lo más probable es que se haya infectado, por lo que se debe consultar al médico de inmediato para evaluación e inicio de tratamiento.

¿Qué pruebas se deben realizar para diagnosticar el eccema?

El eccema suele ser diagnosticado con base en la inspección clínica de la piel. Sin embargo, se pueden realizar algunas pruebas para determinar cuál es el alérgeno responsable del problema cutáneo. Se puede encontrar más información sobre los diferentes tipos de pruebas disponibles en nuestro artículo dedicado a las alergias y cómo tratarlas.

¿Qué tratamientos están disponibles?

No existe cura para el eccema, aunque sí hay muchos tratamientos disponibles para aliviar los síntomas y reducir tanto la inflamación como el prurito. Sin embargo, incluso después del tratamiento, la piel será muy sensible, por lo que necesitará cuidados especiales.

Hay que recordar que como con todos los tipos de alergia, se deben identificar las causas del eccema a fin de evitar el contacto con dichas sustancias. Los tratamientos disponibles sólo minimizan los síntomas del eccema, por lo que la prevención resulta crucial. Entre los elementos terapéuticos disponibles se encuentran:

Emolientes

Los emolientes son humectantes que proveen a la piel con una barrera que la hidrata y suaviza. Esta barrera previene la sequedad y hace que la piel se sienta más agradable. Los emolientes están disponibles en muchas presentaciones: desde ungüentos para piel muy seca hasta cremas y lociones útiles para tratar el eccema de moderada intensidad; pasando por geles para el tratamiento del eccema en áreas bajo el cabello; incluso hay presentaciones en forma de aceites de baño.

Debido a la gran cantidad de emolientes disponibles en el mercado, escoger el más apropiado para cada quien es un proceso de ensayo y error. Tal como se recomienda con cualquier producto nuevo que se aplique en la piel, lo más recomendable antes del uso extensivo es hacer una prueba en un área pequeña para asegurarse de que no aparece irritación. Los emolientes deben usarse al menos dos veces al día, aunque lo más recomendable es emplearlos cada vez que se necesite.

Esteroides Tópicos

Cuando el eccema se activa a su máxima intensidad, es posible usar cremas con esteroides para reducir la inflamación. Estas cremas vienen con esteroides de diferentes intensidades de acción: suaves, moderados, potentes y muy potentes. El médico debe indicar la potencia del esteroide con base en la intensidad de los síntomas y la extensión de la afectación cutánea.

Estas cremas se aplican como una capa muy fina sobre la piel comprometida y nunca por más tiempo del que indique el médico o la enfermera. Los esteroides más suaves pueden comprarse sin prescripción en la mayoría de las farmacias, por lo general contienen hidrocortisona y son útiles en los casos leves de eccema, siempre por un período breve.

Esteroides por vía oral

En los casos donde el eccema es muy severo puede ser necesario usar esteroides por vía oral. Por lo general esto se hace cuando los esteroides tópicos muy potentes no han logrado controlar el eccema.

Otros tratamientos

Cuando todas las opciones terapéuticas han fallado para controlar el eccema, se puede conversar con el médico sobre la posibilidad de usar fototerapia (similar a las cámaras de bronceado), aunque este tratamiento sólo se puede realizar en niños grandes y adultos.

Además, los antihistamínicos son útiles para reducir el prurito así como los vendajes húmedos, los cuales consisten en un venda embebida en humectantes que se coloca en el área afectada de la piel, por lo general, durante la noche. Este tratamiento es muy efectivo en el eccema húmedo, que además previene el prurito y disminuye la irritación de la piel.

Hay que recordar que lo que sirve para una persona no necesariamente lo hace para otra, por lo que hay que individualizar el plan terapéutico de cada paciente.

A fin de minimizar los síntomas y prevenir nuevos ataques de eccema se recomienda:

  • Quitar el polvo y aspirar la casa con regularidad para limitar la población de ácaros.
  • Lavar los peluches de los niños con frecuencia para eliminar los ácaros.
  • Evitar el rascado para evitar heridas en la piel.
  • Mantener una rutina estricta de cuidado de la piel.
  • Realizar baños tibios con emolientes por períodos breves de tiempo.
  • Aplicar sólo las cremas y lociones hidratantes prescritas por el médico evitando los productos con perfumes y colorantes.
  • Usar ropa de algodón. Evitar el uso de prendas de lana y otras fibras muy densas.
  • Secar muy bien la piel después del baño, evitar el movimiento de arrastre sobre la piel con la toalla.
  • Mantener la piel hidratada con emolientes adecuados.
  • Usar guantes al manipular químicos, solventes y otros detergentes.
  • Lo más importante es evitar el contacto con los alérgenos que producen o exacerban el eccema.